sábado, 8 de febrero de 2014

Martillos Windows


Me hizo gracia en su día, y ahora que he probado el Windows 8 no puedo estar más de acuerdo.

Los Windows 3.11, el 95, el 98... fueron Sistemas Operativos en sus inicios. El 98 fue su mejor exponente, que avanzo a malas con el 2000 y otros inventos. La piedra que va mejorando, con algunos tropiezos, pero que se perfila como poderosa herramienta.

El XP, sólido como el sólo (después de años de Service Packs, eso sí). Eficaz y sencillo, sin más vueltas de hoja.
El Vista, ese engorro que no había por donde cogerlo. Querían que sirviera para esto y lo otro, y al final cuando intentabas hacer esto te molestaba lo otro. Perfecta metáfora de los dos martillos en un sólo palo.
Windows 7. Tal y como fue el XP, eficaz, con múltiples capacidades, pero bien integradas. El martillo con saca-clavos, genial metáfora.
Y ahora que lo he probado, Windows 8. Quizá no le pondría un martillo tosco, sino el martillo de Windows 7 con sus dos lados (martillo y saca-clavos), pues las capacidades son las mismas. Pero eso si, los dos palos, uno a cada lado. ¿Por qué?, simplemente ¿Por qué?

Confunden la modernidad y el avance con el engorro. Los que manejamos ordenador desde que eramos micos nos encontramos con un callejón sin salida tras otro. Los accesos rápidos, los menús, todo se vuelve extraño y ajeno. El doble escritorio... algo inservible, enfocado a dispositivos táctiles, un sinsentido en ordenadores de sobremesa.